Es un conjunto de elementos de ayuda al servicio de las personas y organizaciones que imparten formación en VG, que pueden ayudar a elaborar los contenidos de un proceso formativo en sus diferentes fases.
Algunas son genéricas, y son comunes a casi cualquier actividad formativa y tienen que ver con los aspectos planificadores, organizativos y logísticos y evaluativos fundamentalmente. Otras son específicas, orientadas a los objetivos formativos en violencia de género, que persiguen la capacitación de los y las profesionales para ser capaces de actuar eficazmente antes las distintas presentaciones del problema de la VG en el sistema sanitario.
Hay 28 herramientas agrupadas en las 5 fases del proceso de formación. No quiere decir que haya que utilizarlas todas. Los formadores utilizarán aquellas que les resulten útiles dependiendo del tipo de actividad, los destinatarios y destinatarias y los objetivos concretos, siempre en un marco de adaptación al contexto y de gran flexibilidad.
Este conjunto de herramientas está estructurado para normalizar las materias, con la esperanza de que haga más facil su aplicación a la práctica. Disponer de formadores y formadoras que se ocupen del apoyo emocional de los asistentes durante la formación, y posteriormente proporcionen apoyo y asesoría puede ser muy útil por mucho que lamentablemente no sea una práctica generalizada. Estos cuidados y apoyos son esenciales para asegurar una asistencia de calidad a las víctimas, evitando resistencias o rechazo a consecuencia de experiencias difíciles o frustrantes, gestionadas inadecuadamente y con alto coste emocional. Reconocer el impacto que puede suponer para el profesional trabajar con los traumas relacionados con la violencia de género y ofrecer el apoyo adecuado durante la formación y después de ella, es clave para nuestro objetivo de ofrecer la mejor asistencia posible a víctimas.